Tengo un álter ego. Se llama Anitsirc y es un hada cuyas alas son de tela, válvulas y alambres y su varita, un revólver de letras que siempre lleva en la cadera. Porta consigo una libreta en la que escribe todo lo que ve mientras viaja y una brújula para orientarse por los mundos que recorre. Su pluma es mágica y le dicta qué es lo que merece la pena escribir.
Anitsirc alza el vuelo y cruza un millar de puertas para contar cuantas historias cree convenientes y, ya que está, opinar sobre ellas.